lunes, 25 de junio de 2007

"La pequeña Sorbona de la Educación Argentina"

Las imágenes de mi memoria brotan desordenadamente y necesito aquietarlas de alguna manera para que puedan surgir de a poco,desplegarse, y tengan una razón, algo que mostrar.
Las vueltas de la vida han hecho que una y otra vez, me acerque por diferentes motivos a este lugar que tanto me ha dejado.
Hace algunos años, estando en una clase de filosofía en la Facultad, hice un comentario sobre un tema específico, que hoy no recuerdo, pero hacía alusión a algo que había aprendido en la escuela primaria. Ante este comentario, la docente un tanto sorprendida por lo que dije me preguntó-"pero usted ¿a qué escuela fue?", "Al Bernasconi", le contesté, a lo que ella comentó,
"Ah! El Bernasconi....¡palabras mayores!".

Dicen que hay una memoria interna, personal, necesaria e intransferible, pero también hay otra externa que se puede confundir con la cultura o con la historia.
La memoria es necesaria desde que el hombre tiene conciencia, es necesaria por que a partir de ella los pueblos pueden existir.
No podríamos perdurar a través de la historia sin el aporte de la memoria histórica, que se fue generando con el tiempo.
Por diferentes motivos debemos recuperar lo que ha quedado en el olvido. Es necesario para ello, conocerlo, mostrarlo, exponerlo, para que a través de esta imagen que transmitimos, podamos reconocerlo.
El olvido produce desconocimiento y también falta de comprensión sobre este pedacito de historia, sobre hechos y lugares que fueron olvidados, pero que también forman parte de nuestro presente, por lo tanto desconocido.
La imagen del Bernasconi nos puede transmitir esto, que hay un pasado por conocer, para valorizar su presente.
Deshilando su historia...
Muchas veces me pregunto¿por qué me emociono y me pongo mi mejor guardapolvos cuando hay un acto importante en la escuela?
Los hechos vividos, depende su intensidad , nos dejan grabadas imágenes que nos quedan incorporadas, como cuando nos poníamos nuestros mejores zapatos y los guardapolvos impecables para el desfile del acto de Sarmiento.
Nos pasábamos horas y días desfilando por las veredas internas que circundan el edificio, ante la estatua de Sarmiento ubicada en los jardines.
Cómo no voy a sentirme emocionada en los actos, si lo previo y el acto en sí, era vivido con tanta intensidad y solemnidad.
Estas cosas son las que nos quedan y conviven en nosotros. Una actitud de respeto por lo que estábamos haciendo, por lo que nos tocaba vivir, aunque este fuera un acto escolar.
Esos mismos jardines fueron testigos de tantos hechos, que por variados me resulta difícil de transmitir.
La escuela para el que no la recuerda o conoce, se encuentra edificada sobre una altiplanicie, bastante alta en algunos puntos, lo que posibilita de esta manera que haya amplios espacios verdes que circundan el edificio, concebidos de acuerdo con modernos criterios arquitectónicos y ornamentales.
Estos espacios cuentan con una única reserva natural y con ejemplares de incalculable valor histórico.
El predio donde se erigió el Instituto ya traía consigo un poco de historia, había pertenecido nada menos que a Francisco P. Moreno, y allí había instalado un pequeño museo donde exhibía a sus amigos las colecciones de fósiles y ejemplares botánicos. Como es el caso de un Aguaribay, plantado por el perito en 1872, y que se eleva en una de las esquinas del parque, que fue respetado cuando se hizo la construcción de la escuela.
Su arquitecto, Juan Waldorp (h) cuando imaginó y plasmó sobre una mesa de dibujo el palacio escuela, supo valorar todo este bagaje histórico.
El edificio fue diseñado sobre un estilo florentino, pudiendo reflejar los deseos de Don Félix F. Bernasconi cuando en junio de 1905 legó al Consejo Nacional de Educación parte de su fortuna, en su testamento se lee"...el remanente que quedará a favor de dicho Consejo Nacional de Educación será empleado en la Edificación de un Palacio para escuela es esta ciudad de Buenos Aires dejando en plena libertad al Consejo Nacional para que elija el sitio donde deberá levantarse dicho edificio".
El Consejo Nacional de Educación elige, no al azar, el lugar para realizar dicha construcción, más bien de manera estratégica. A pesar de ser un barrio alejado, olvidado en la distribución monumental urbana, con esta elección se intentó restablecer un cierto equilibrio con la zona norte, que en esa época estaba más favorecida por hermosas construcciones. Se sumaba a esto la posibilidad de integrar la tarea educadora con la actividad fabril a la que estaba dedicada el barrio,"...el Instituto Bernasconi, derramará la luz de la enseñanza no sólo sobre los hijos del obrero, sino también sobre él mismo, siempre que quiera acudir a su amparo"(1)
En 1921 cuando el presidente Hipólito Irigoyen colocó la piedra fundamental, no imaginó la importancia y significación que tendría esta obra para la educación Argentina.
Luego de sancionada la Ley de Educación común 1420, se da una intensa y prolongada lucha por revalorizar la educación, y aun cuando la ley fuera imperfectamente cumplida, son evidentes los beneficios registrados que implican un adelanto cultural indudable. Prueba de esto fueron los censos de 1870 y 1909, los que señalan un verdadero incremento en la matriculación de alumnos en las escuelas públicas.
En un período histórico donde se suceden varias presidencias desde Julio A. Roca hasta Victorino de la Plaza, se dan intentos por cambiar la educación primaria, pero estos no son relevantes y quedan solamente en desvelos.
Cuando asume Hipólito Irigoyen comienza una labor positiva. Se crean escuelas primarias, colegios nacionales y normales, también escuelas industriales y de Artes y Oficios. Se producen ciertas reformas que intentan dar vida a una " escuela de nuevo tipo", con la introducción del trabajo manual en los programas escolares vigentes desde 1917.
El doctor Guillermo Correa elabora un Proyecto educativo para el Bernasconi. En él se establecían los objetivos educacionales con los que se guiaría su tarea educativa. El proyecto muestra una postura muy visionaria para la época. Su autor define al Bernasconi como"...un establecimiento modelo para todas las escuelas del país, una especie de Sorbona de la Enseñanza primaria..."(2)
El 6 de Julio de 1931, el Consejo Nacional de Educación aprueba el proyecto de Correa y se comienza a trabajar para que este se haga realidad.
Con posterioridad se produce un afán renovador en el magisterio de la escuela primaria, creando el Consejo Nacional de Educación programas tendientes a revalorizar y desarrollar la capacidad de los niños, "...en todos los aspectos y formas, mediante el empleo constante e intenso de las actividades infantiles, clasificadas como sociales, manuales, higiénicas y estéticas, para crear en el aula y en la escuela un ambiente vivificante del trabajo..."(3).
El Bernasconi en su proyecto y disposición edilicia tiene en cuenta todos estos aspectos a desarrolllar en la educación de los niños, disponiendo para cada área su espacio pertinente.
Puedo acercar frases que recuerdo, como ser " preparen los bolsos que nos vamos a la pileta", "guarden todo que nos vamos al museo", "tomen un lápiz y un papel que nos vamos hacer un trabajo a la terraza, "apurense! que nos vamos al Salón de actos a ensayar", "ojo! cómo se portan en la biblioteca..."
Cada lugar del edificio era vivido, formaba parte del trabajo cotidiano, debido a ello para nosotros ir hacer un trabajo al museo, u otro lugar donde se prestara para llevarlo a cabo, era por así decirlo, natural. A los docentes nos piden que hagamos obligatoriamente "experiencias directas", teniendo estas posibilidades edilicias, sería muy difícil no recurrir a ellas si se las tuviera a mano.

El Bernasconi comienza su tarea educadora como escuela primaria, jardín de infantes y luego se van incorporando la escuela de Perfeccionamiento docente, los cursos para adultos a varones y mujeres, los que tenían como objeto capacitar en Artes y Oficios a la población adulta con la que contaba el barrio de Parque Patricios, en su mayoría empleados fabriles, y a la vez analfabetos.
Estos cursos se iniciaron con 1.129 inscriptos en 1929. En 1956 se crea el Liceo de Señoritas y se amplía notablemente la tarea docente a través de los años.
El Instituto tiene ya proyección interna, la afluencia de becarios americanos lo demuestra. Es necesario señalar que este prestigio le asigna y con él al país, función rectora en la Educación. Es una situación de privilegio lograda en esfuerzo y con inteligencia que hace honor a nuestra tradición americanista; es un gran honor se nos dice, pero entraña a la vez una grave responsabilidad y un compromiso para los educadores y para el país (4)

La tarea capacitadora, hasta el día de hoy sigue siendo importante, adaptadas a las necesidades y realidad actual. Esta posibilidad hace que sean muchos los docentes que transitan por los pasillos, ávidos de capacitarse o ser testigos de exposiciones de todas las áreas curriculares.
El vestíbulo central es el lugar que posibilita el intercambio entre docentes, capacitadores y supervisores. La comodidad edilicia hace que el Bernasconi sea un espacio requerido para determinadas actividades de intercambio.

Si accedemos por la entrada principal de la calle Catamarca, esta nos acerca a la sala de "Pasos perdidos", de donde emerge una gran escalera que nos lleva al Vestíbulo central del primer piso, que da al frente principal del edificio.
Hace algunos años cuando trabajaba en una escuela del Distrito 6, me pidieron una escenografía para el acto de San Martín, al principio dudaba sobre qué hacer, pero luego me vi plasmando colores, témperas y pasteles en un paisaje que evocaba a nuestro prócer sobre un peñasco, con su capa al viento y la mirada puesta en el mar en un horizonte lejano. Completaba este trabajo con una frase que aludía al exilio que tuvo que soportar en las tierras europeas.
Cuando lo terminé me quedé pensando en el por qué había elegido esas imágenes para representarlo.
La memoria me remitió a una imagen que tuve siempre, latente, que me marcó. Luego de varios años supe que este cuadro, el original era "San Martín en Boulogne Sur-Mer" y le pertenecía al maestro Alice, y se encuentra en el tan transitado Vestíbulo central del Bernasconi, que tanto frecuentamos los docentes.
En este Vestíbulo se destacan además, la presencia de una serie de bustos a los cuales tampoco prestamos atención, y pertenecen a los más ilustres educacionistas argentinos, perdidos, sin memoria.
Por este mismo Vestíbulo accedemos al Museo de Historia Natural "Angel Gallardo" y "Juan B. Terán", que colaboran y sostienen una labor didáctica, científica y de divulgación particularmente valiosa. Dicha tarea se vio enriquecida con el aporte que tuvo por muchos años, de Rosario Vera Peñaloza, "la maestra de la patria" como se la suele llamar, que propició con su labor un ordenamiento didáctico-dinámico al museo.
La presencia de un museo en la escuela posibilita nuevas formas de aprendizaje de las ciencias, al presentarle al alumno un "entorno activo" al que puede vivenciar.
Por un pasillo opuesto al del Museo se llega hasta la Biblioteca "Joaquín V. González", una de las bibliotecas mejor dotadas del país, donde duermen hoy en los estantes, libros y libros esperando ser leídos. Sus pisos de madera rechinan cuando uno entra, aún hoy siento la misma sensación que cuando era chica y debíamos caminar por ahí. Este rechinar hacía que el grupo que pasaba, lo hiciera sin ser percibido, ya que contrariamente distraería a los lectores, hoy casi sin presencia.
El salón de Actos con que cuenta la escuela, también se encuentra en este primer piso. Un verdadero y suntuoso teatro, impensado para una escuela pública y de enseñanza primaria.
Juan Waldorp cuando lo diseñó, no descuidó detalles ni estilos al diagramar su escenario, la platea, el foro, los palcos y pasillos inferiores. Su capacidad total llega a los 1.000 espectadores.
Cuenta además con sus anexos de aparatos de proyección cinematográfica. Recuerdo que concurríamos los días sábados para ver películas infantiles de la época, nos decían que esto se hacía para ayudar a la escuela que estaba pasando por un "mal momento", allá por el ´77.
Uno podría preguntarse ¿las cosas pueden seguir siendo las mismas a través del tiempo?. En términos funcionales se puede decir que sí, pero hechos y acontecimientos de todo origen, se suman y hacen que siempre haya cambios. Con respecto a la parte edilicia la escuela fue sufriendo cambios que ocacionaron problemas en su mantenimiento. A esto puede ser como lo del huevo, ¿qué fue primero?, ¿los problemas en su mantenimiento llevaron a la escuela a sufrir cambios en su funcionamiento o al revés?
El Instituto cuenta además con dos piletas de natación con sus respectivos vestuarios, servicio de sanidad y odontología escolar, que también por aquellos años empezaban a tener problemas.
Funcionan en él cuatro escuelas, dos de jornada completa y dos de jornada simple. Una escuela de Coro y Orquesta y un centro de Orientación Vocacional Educativa.
Cuenta además con dos grandes patios de 1.200 metros cada uno, patios internos cubiertos en cada piso y un gran gimnasio, un comedor y azoteas que comparten el piso superior, provistas de pérgolas que también pueden utilizarse para dictar clases al aire libre.
No se puede dejar de destacar la armonía de detalles desde todos sus perfiles que acompañan la arquitectura del edificio, como así también los elementos y grupos escultóricos de diferentes autores con los que cuenta su arquitectura exterior e interior. Se pueden nombrar las obras de César Vergottini, Peláez, Lagos, Víctor Cincioni y la estatua de Sarmiento que cité anteriormente, de una rigurosa interpretación, del maestro Pedro Zonza Briano.
Toda obra pierde sentido si no tiene una razón de ser, este despliegue de arte que puede verse en el Instituto condice, en cierta forma con el proyecto de Correa y los deseos de Don Félix.
Podríamos preguntarnos, entonces...
¿Sucedió esto también con la tarea educativa que desempeñó?
Es necesario en este espacio, dedicarle un poco de memoria a su tarea educativa.
La escuela, como todo, tuvo su etapa "de oro", donde se primaban valores y contenidos.
Los contenidos marcaban ciertas diferencias, ejemplo de esto era la dificultosa tarea de obtener una vacante en sus aulas, lo que hacía necesario conseguir una "palanca" para acceder e estas vacantes.
Más allá de lo anecdótico que puede resultar esto, este hecho habla de la calidad educativa por la que en aquellos días hacían del Bernasconi una escuela pública de "elite".
Quizás por varias décadas la tarea del Bernasconi hacia honor a la visión del doctor Correa,..."ya que el aludido Instituto está llamado a ser el portavoz del progreso educacional, teórico y prácticamente considerado..."(5)
Mis apreciaciones como docente, de mis épocas de alumna, hacen que destaque su labor desde los hechos. La dedicación de los docentes que nos tocaron, de una u otra manera dejaron y forjaron hábitos hacia la lectura, el estudio y la investigación, que hoy, en nuestro presente realizamos de manera cotidiana.
En los años superiores, sexto y séptimo, aprendíamos temas adelantados al ciclo en el que estábamos, hoy dados en el secundario. El incentivo hacia la lectura era promovido por las maestras al intercambiar libros entre nosotras y con la biblioteca del aula.
La promotora de esto, si hay que destacar a alguien, era la señorita Ana María Muiños, que además de estimularnos la lectura y expresiones literarias, se esforzaba dedicando gran parte del tiempo a la incorporación de diferentes técnicas de estudio, no trataba de cumplir simplemente con el contenido, sino hacer de esto un hábito de trabajo, al decir "hábito" me refiero esencialmente a lo que significa.
Algo valioso por destacar era el proyecto de "las materias especiales", donde se nos posibilitaba a adquirir habilidades y disciplinas extracurriculares, dentro del horario escolar, que enriquecían la apertura y disposición a diferentes conocimientos.
Este proyecto se ponía en práctica los días miércoles en dos horas por la mañana. Cada alumno debía concurrir al grado donde se impartía la "materia" elegida. Era posible durante los siete años aprender, cocina, títeres, teatro, manualidades, taller literario y el tradicional folclore con la señorita Perla.
Un acontecimiento tradicional eran las "Ferias de ciencias", siendo los alcances de este evento de una notable trascendencia fuera del ámbito escolar. Su organización y desarrollo hacían del aprendizaje el eje, y centro, de cada tema elegido.
En una de las tantas ferias que participé, nos había tocado el tema de :Los vasos comunicantes, en séptimo grado. Habíamos pensado que para mostrar cómo funcionaban podíamos tomar de ejemplo el Canal de Panamá, a ello nos avocamos.
Trajimos materiales variados y armamos una maqueta bastante grande que representaba el funcionamiento de las diferentes compuertas por las que pasaban los barcos, la particularidad de esto era que utilizamos para representar el agua, poliestireno (suelto) teñido de azul, lo que hacía que por todos lados dejáramos "señales" de nuestro trabajo.
Son muchos los hechos y anécdotas que dan cuenta de la fructífera tarea que allí se desarrollaba en los momentos de mayor esplendor.
A partir de la década del ´80, pese a los esfuerzos se los sucesivos directores, entre los que cabe destacar a la Profesora Irma Veríssimo, el edificio se fue deteriorando, y con él la declinación de la enseñanza. Sumado a esto en 1992 se vio además, envuelto en conflictos laborales y otros problemas derivados de la transformación a la Municipalidad de los establecimientos de Enseñanza.
En el año 1997 se organiza una Dirección General Normalizadora con el fin de recuperar y organizar nuevamente al Instituto.
Esta comisión intenta generar nuevos espacios a nivel técnico-socio-cultural, que garantizara un servicio educativo superador. En consecuencia se proponen puntos claros y concisos para trabajar en forma conjunta con todo el personal. Se apunta esencialmente a :
..."trabajar con la gente y no por sobre la gente"...,"se intenterá de que cada uno se sienta "necesario" y "comprometido"...., "se abran nuevos canales de comunicación"...,"este proceso intenta que el cambio sea de carácter sistémico por lo tanto requiere de la toma de conciencia.."(6)
Se intenta de que, el docente como elemento importante en este cambio pueda:
"reflexionar sobre sus propias prácticas y construir con "el otro" un nuevo Instituto integrado a todos los departamentos que lo componen y creando otros inexistentes, pero necesarios para la actualidad"(7)
Los incansables compromisos que se abrieron en una nueva etapa del Bernasconi ¿harán posible recobrar su luz perdida?
Quizás se podrá o no volver el tiempo atrás, pero lo que no se debe perder es su historia, los nombres que tanto hicieron para hacer de esta escuela " Una Sorbona de la Educación primaria", como la pensó del doctor Guillermo Correa.

Entre los muchos nombres que hicieron y fueron parte de su historia, quisiera destacar el de la Señora Marta Salotti, quien fuera directora General en el ´58 y homenajearla con un fragmento de un poema de Gabriela Mistral, que dedicó a una maestra, y así también dar cierre a este trabajo que intenta hacer conocer y revalorizar la historia de esta Escuela.

..." de tanto albergar nido, de tanto albergar cuento,

de tanto hacer tu seno amorosa tibieza,

de tanto dar servicio, y tanto dar amor,

todo tu leño heroico se ha vuelto, encina, santo.

Se te ha hecho en la fronda inmortal la belleza,

¡Y pasará el otoño sin tocar tu verdor! (8)

Laura Lucía Leva